jueves, 9 de febrero de 2012

Feminismo fingido

Estoy convencido de que los procesos electorales más recientes en México se han resuelto invariablemente a través de acuerdos cupulares: así se impuso al señor Salinas en 1988, así preparó Zedillo un candidato priísta débil y se apresuró a "reconocer" el triunfo de Fox; así, en 2006 se asignaron las tareas para imponer al candidato panista: el SNTE aportó sus huestes para controlar las casillas, los expertos cibernéticos se encargaron de la manipulación de los resultados, los encuestadores inflaron la intención de voto panista, el IFE convalidó el proceso.Todos cobraron sus dividendos. Josefina Vázquez Mota tiene calculado beneficiarse de éstos y otros mecanismos. Ya empezó a esgrimir su feminismo fingido, erigiéndose en la inventora del feminismo en México, en la primera candidata a la presidencia de nuestra historia. Establece un falso paralelismo con las mandatarias de Brasil y Argentina, que vienen de la lucha social, no de una carrera burocrática. Los opinadores profesionales, bien pagados, ya están explotando este falso feminismo de ocasión. Los intereses que representa la candidata Vázquez Mota son contrarios a la mayoría de las mujeres y  los varones. Ella representa los intereses de una minoría, de los oligarcas. Lo demás es retórica.

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